Osmar Arroyo/El Andaluz
El tormento para el ciudadano Dirk Schmidt comienza la madrugada del 8 de julio del 2010, cuando grupos elite de la Policía ingresaron fuertemente armados a su domicilioi en la comunidad de Tarumatú en el municipio de Porongo en Santa Cruz, para aprehenderlo, acusado de ser el responsable de un supuesto alzamiento armado en contra de la seguridad y soberanía del Estado.
En la carta que Schmidt le envió a la presidenta Jeanine Añez, cuenta que en esa madrugada se cometieron varios excesos, los uniformados habrían encañonado a sus hijos e intimidado a gritos.
Esa madrugada se llevaron una computadora portátil de su casa y fue trasladado a celdas de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc.) de la ciudad de Santa Cruz.
Schmidt cuenta en la carta que estuvo incomunicado en la celda hasta el día siguiente, para luego ser presentado a los medios de comunicación como el cabecilla de un supuesto alzamiento armado y calificado como “terrorista”.
En la carta recuerda que fue el mismo Evo Morales en ese entonces los calificó como un “delincuente internacional”.
El ciudadano alemán debía ser trasladado a una cárcel de máxima seguridad con los reos de máxima peligrosidad, pero la intervención del sacerdote Wilson Soria, Director General de Régimen Penitenciario evito que eso ocurra, lo que le costó el cargo.
Estuvo dos años y medio en la cárcel de Palmasola de Santa Cruz y un año y medio con detención domiciliaria.
En enero del 2012 el Ministerio Público, presentó una acusación formal en su contra, pero ésta fue anulada por el juzgado y posteriormente fue absuelto del caso.
Pero el tormento no termina ahí, porque se le apertura un segundo proceso en la ciudad de La Paz, por el supuesto delito de legitimación de ganancias ilícitas, organización criminal y uso indebido de influencias, por supuestos cobros ilegales a menonitas para realizar trámites de pasaporte.
Fue el mismo 2010 que se inició ese segundo proceso en su contra, cuando fue acusado de trabajar junto con Gustavo Torrico por supuestamente armar una red de extorción para regularizar la situación migratoria de colonias menonitas.
El 2017 se emitió una sentencia absolutoria a favor de Gustavo Totrico y Edgardo vázques declarándoles absueltos de culpa, pero esa decisión fue apelada por el Ministerio de Gobierno, pero recién hasta el 2019 se rechaza y declara inadmisible el recurso de apelación restringida y se confirma la sentencia absolutoria.
Schmidt quedó libre en los dos casos, pero pasaron ya 10 años y aún continúa la media del arraigo en su contra, por lo que pide a la presidenta del Estado, Jeanine Añez que pueda revisar su situación jurídica y que se levante el arraigo en su contra.
También hace mención al informe del Instituto de Terapia e Investigación Sobre Secuelas de la Tortura y la Violencia Estatal, en la que se indica que con la intervención de la madrugada del 8 de julio de 2020, el trato en contra de Dirck Schmidt dan a pensar que autoridades del Estado boliviano quieren al ciudadano alemán muerto.
En el informe también se lamenta que la Comisión Interamericana y la embajada alemana no hayan reaccionado por este hecho.
Según el informe mencionado por Schmidt, él continúa sufriendo tortura y otros malos tratos.
Schmidt considera que fue víctima de persecución similar al caso terrorismo en el país, que fue armado sin sustento jurídico.
Con esa explicación, Schmidt pide se ordene la revisión de su situación jurídica para conformar los hechos descritos en su petición. También pide que se levante el arraigo en su contra y se ordene la restitución inmediata de todos sus derechos conculcados en particular los daños ocasionados, por los gastos de defensa legal, perjuicio de reclamos futuros por daños adicionales, daños psicológicos, morales e indirectos.
Señala, que necesita esos recursos económicos con urgencia para recibir atención médica y de esa forma lograr salvar su vida.
Su abogado Eusebio Vera, indicó que en la carta enviada, Schmidt hace conocer de forma minuciosa todo el tormento que vivió en Bolivia durante 10 años.
Pidió a la presidenta Jeanine Añez leer la carta con detenimiento para conocer la realidad que vivió Schmidt.
Mencionó, que su cliente tiene una enfermedad grave y si no tiene una intervención médica inmediata podría perder la vida, tomando en cuenta que no tiene los recursos económicos para hacerlo.