El pasado 6 de diciembre, un niño de 10 años, identificado como Mateo, sufrió un grave accidente en la zona de Juan XXIII, Tarija, al electrocutarse mientras intentaba recuperar un juguete atrapado entre cables de alta tensión. El niño, al utilizar un fierro para alcanzar el objeto, recibió una fuerte descarga eléctrica que le causó quemaduras severas en el 50% de su cuerpo, afectando principalmente sus brazos, tronco y cara.
Los bomberos de la Policía Boliviana llegaron rápidamente al lugar y trasladaron a Mateo al Hospital San Juan de Dios en estado crítico, donde estuvo tres días entubado. El responsable de la unidad de terapia intensiva de la sala de pediatría, Nils Cazón, explicó que las quemaduras de segundo y tercer grado dejaron al menor sin piel en ambos brazos, lo que complica gravemente su recuperación.
Debido a la complejidad de su situación, el tratamiento necesario excede las capacidades del hospital local. Con el apoyo de diversas instituciones, la familia de Mateo logró gestionar su traslado a Estados Unidos, donde será atendido en un centro especializado en quemaduras en Galveston, Texas. Se espera que el niño permanezca allí durante varios meses, recibiendo tratamientos quirúrgicos y terapias intensivas.
La agrupación de ayuda local, que trabaja de manera silenciosa y sin fines publicitarios, expresó su apoyo a la familia de Mateo, reiterando su compromiso de seguir colaborando en casos similares. Esta organización ha ayudado previamente a otras víctimas de quemaduras graves, como en el caso de varias niñas afectadas por una deflagración de gas.