Agencias/El Andaluz
María Cachambi, asambleísta departamental de Tarija, ha lanzado serias acusaciones contra la Subgobernación de Padcaya, señalando una serie de irregularidades que incluyen nepotismo y el uso indebido de recursos públicos. Según Cachambi, estos hechos ocurrieron el viernes 5 de julio durante una celebración por el cumpleaños del subgobernador, ingeniero Raúl Saavedra. La asambleísta revela que se impuso una cuota de 70 bolivianos para financiar la fiesta, que incluyó la utilización de la amplificación de la Subgobernación y el cierre de la institución para dicho evento.
Cachambi detalla que después de la celebración, en la que se consumieron bebidas alcohólicas, se utilizó un vehículo oficial de la Subgobernación, el cual terminó en un accidente. Este incidente, según Cachambi, es una muestra clara del mal uso de los bienes públicos y una falta de responsabilidad por parte de las autoridades involucradas. La utilización de vehículos oficiales para fines personales y en estado de ebriedad no solo pone en riesgo la integridad de los funcionarios, sino que también compromete los recursos del Estado.
Las denuncias de Cachambi no se limitan al incidente del 5 de julio. La asambleísta también acusa a la Subgobernación de Padcaya de nepotismo, destacando que la licenciada Liliana Velásquez, quien firmó el comunicado de suspensión de actividades durante la celebración, es la esposa del encargado de la Red de Salud de Padcaya. Este tipo de relaciones familiares dentro de la administración pública, según Cachambi, son indicativas de un sistema de contratación basado en el favoritismo y no en la meritocracia.
Estas acusaciones plantean serias preguntas sobre la gestión y la ética en la Subgobernación de Padcaya. El uso de recursos públicos para celebraciones personales, el consumo de alcohol en eventos oficiales y la contratación de familiares son prácticas que erosionan la confianza pública en las instituciones gubernamentales. La situación exige una respuesta clara y contundente de las autoridades competentes para investigar estos hechos y tomar las medidas necesarias para asegurar que no se repitan.
El caso de Padcaya, como lo presenta Cachambi, refleja un problema más amplio de gobernanza y transparencia en las instituciones públicas. Las acusaciones de nepotismo sugieren que las decisiones de contratación no están siendo realizadas de manera justa o transparente, lo que puede tener consecuencias graves para la eficiencia y la efectividad de los servicios públicos. Además, el uso indebido de vehículos oficiales para actividades no relacionadas con el trabajo oficial es una violación directa de las normas y reglamentos que rigen el uso de recursos públicos.
En conclusión, las denuncias presentadas por María Cachambi requieren una investigación exhaustiva y una respuesta rápida de las autoridades para restaurar la confianza en la Subgobernación de Padcaya. La transparencia, la responsabilidad y la ética deben ser los pilares fundamentales de cualquier institución pública, y cualquier desviación de estos principios debe ser abordada de manera decidida. La comunidad de Padcaya y la región de Tarija merecen una gestión pública que sea transparente, responsable y comprometida con el servicio a la ciudadanía.
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