Una menor de 14 años decidió romper el silencio y denunciar un calvario que, según su testimonio, arrastra desde la infancia. La denuncia, registrada la tarde del 17 de abril en oficinas de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv), detalló al menos dos violaciones consumadas y un intento fallido de agresión sexual cometidos por su tío.
La denuncia fue formalizada por la madre de la víctima, quien se presentó ante las autoridades policiales acompañada de su hija, actualmente adolescente, pero que en el momento de los primeros abusos tenía apenas ocho años. La investigación quedó a cargo de un sargento, quien lidera las diligencias preliminares bajo la figura penal de violencia sexual contra menor de edad.
Según consta en el parte oficial, el primer episodio se remonta a las vacaciones invernales del año 2018. Aquel día, aproximadamente a las 10:00 de la mañana, la víctima se encontraba en la vivienda de su bisabuela buscando un rollo de papel, cuando fue interceptada por el agresor. Con palabras suaves y una actitud fingidamente servicial, el sindicado la convenció para que ingresara a una habitación con la excusa de ayudarla en la búsqueda. Una vez dentro, le indicó que se sentara en la cama. Fue entonces que, sin mediar más palabras, comenzó a tocarla de forma inapropiada, para luego reducirla físicamente y someterla sexualmente. La agresión se consumó en cuestión de minutos, aprovechando que la bisabuela de la menor se encontraba en el baño, sin percatarse de lo que sucedía en el interior del cuarto.
A pesar del profundo impacto emocional y físico que vivió, la víctima no dijo nada durante mucho tiempo. El miedo, la confusión y el lazo de parentesco con su agresor habrían sido factores determinantes para guardar silencio. Sin embargo, los abusos no terminaron ahí.
El segundo ataque, según el relato, ocurrió en febrero de 2020, durante las fiestas de carnaval. Para entonces, la víctima tenía 10 años. El modus operandi fue similar: un pretexto cotidiano para que la niña ingresara a la habitación, seguido de violencia física para inmovilizarla y otro acto de violación. En esa ocasión, tampoco hubo testigos ni intervención de un adulto. La víctima recuerda claramente que fue tirada sobre la cama y agredida sexualmente por segunda vez, sin posibilidad de pedir auxilio ni escapar.
El tercer intento de abuso, ocurrido en 2021, no se consumó. Según el testimonio, el sujeto intentó nuevamente ingresar a su cuarto con intenciones similares, pero la presencia de su primo evitó que se concretara el hecho. Ambos menores, al percatarse de las intenciones del hombre, cerraron la puerta y la aseguraron desde el interior, impidiendo su ingreso. Esa reacción evitó una nueva agresión, aunque el impacto psicológico persistió.
El presunto agresor fue aprehendido y se encuentra en celdas de la FELCV, a la espera de su audiencia de medidas cautelares.