En 2021, una menor de 14 años pidió ayuda a su tío, Edmundo I. S. C., para realizar algunos trabajos de pintura en su hogar. Lo que parecía una ayuda familiar terminó en un abuso de confianza y poder. Mientras estaban a solas, el acusado aprovechó la situación para forzar a la joven a consumir marihuana y luego la violó.
Según informó, Miguel Tapia, fiscal asignado al caso, este primer abuso no fue aislado, ya que el hombre repitió su accionar en varias ocasiones, sometiendo a la víctima a sufrimiento físico y psicológico. Durante meses, la menor guardó silencio, atrapada en el miedo y la confusión. La situación solo se hizo evidente cuando, a principios de 2023, su madre notó un cambio drástico en su comportamiento. La joven, que antes era activa y alegre, comenzó a mostrar señales de adicción a la marihuana y un estado emocional alarmante.
Preocupada, su mamá, la llevó al Instituto de Prevención, Tratamiento, Rehabilitación e Investigación de Drogodependencias y Salud Mental de Tarija (INTRAID). Fue en este centro donde la víctima, finalmente, reveló lo que había estado sucediendo durante meses: los abusos sexuales perpetrados por su propio tío.
La denuncia fue presentada ante la Fiscalía Departamental de Tarija, y la investigación comenzó de inmediato. Con el testimonio de la víctima, los informes médicos forenses y otras pruebas clave, la Fiscalía pudo armar un caso sólido contra Edmundo.
Según Sandra Gutierrez, fiscal departamental, el Tribunal de Sentencia Penal, Anticorrupción y Contra la Violencia hacia las Mujeres Primero de la Capital, luego de escuchar las pruebas, dictó una sentencia de 25 años de prisión para el acusado.
“Este juicio muestra el compromiso del sistema judicial con las víctimas de violencia sexual, en especial las menores de edad, quienes deben sentirse apoyadas para poder denunciar y buscar justicia”, comentó Gutiérrez.
