Un caso de robo y agresión de un guardia de seguridad se registró la madrugada del 23 de marzo, en la discoteca Kolthon, ubicada en el Barrio Guadalquivir, sobre la Avenida Integración de la ciudad de Tarija. La víctima, un joven de 24 años, presentó su denuncia ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), relatando una serie de hechos que, además del robo, incluyeron una agresión física por parte de uno de los guardias de seguridad en el local.
Según el testimonio de la víctima en el informe preliminar policial, se encontraba en la discoteca compartiendo de la noche con varios amigos, cuando de repente comenzó a sentirse mal. Decidió entonces sentarse en un sofá para descansar un momento, ajeno a lo que sucedería a continuación. Al poco tiempo de haberse acomodado, notó que alguien le hurgaba los bolsillos, pero debido a la cantidad de personas presentes y al ambiente ruidoso, no pudo identificar al autor del robo. Al principio, el joven pensó que podría ser algún amigo en broma, pero pronto se dio cuenta de que algo no estaba bien.
Cuando intentó levantarse para buscar a sus amigos y regresar a la pista de baile, fue empujado nuevamente contra el sofá por un individuo, lo que lo desconcertó aún más. Al revisar sus pertenencias, fue entonces cuando se percató de que su celular, había desaparecido. En ese momento, el joven se sintió impotente, pero decidió informar al guardia de seguridad del local para que tomara las acciones correspondientes y ayudara a esclarecer lo sucedido.
Sin embargo, la respuesta del personal de seguridad fue completamente inapropiada y abusiva. El joven relató que, al intentar explicar la situación y pedir que se revisara el lugar para dar con el responsable del robo, el guardia de seguridad lo trató con prepotencia. Según el relato de la víctima, el guardia, lejos de ofrecerle ayuda, lo sujetó violentamente por el cuello, lo agredió físicamente con un golpe en el rostro y, sin mediar palabra, lo expulsó del local, causando que el joven sufriera raspones en diversas partes de su cuerpo.
A raíz de este maltrato, el afectado decidió formalizar la denuncia ante las autoridades competentes, buscando no solo que se investigara el robo de su celular, sino también que se tomaran las medidas necesarias contra el personal de seguridad que lo agredió.
El caso fue asignado a un sargento, quien ya bajo las órdenes de la fiscalía inició las investigaciones correspondientes para esclarecer los hechos y dar con los responsables tanto del robo como de la agresión.
La víctima, quien asegura estar profundamente afectada tanto por el robo como por el trato recibido, espera que las autoridades le hagan justicia. A su vez, solicitó que se revisen las cámaras de seguridad del local para tratar de identificar al responsable del hurto.
