Cada año ingresan entre 12 y 14 niños nuevos con cáncer al HRSJDD

Willam Octavio Flores/EL ANDALUZ

En medio de los desafíos que enfrenta el sistema de salud en Tarija, surgen historias de esperanza que iluminan el camino de muchas familias. El Hospital Regional San Juan de Dios (HRSJDD) se ha convertido en un lugar de esperanza para niños que luchan contra el cáncer, gracias al dedicado equipo de la unidad de oncología pediátrica.

El doctor Omar Almazán, oncólogo pediatra del HRSJDD, dio a conocer esta alentadora noticia para los niños que igual padecen de esta enfermedad. “Es un día muy emotivo para nosotros. Gracias a todo el trabajo en equipo que se realizó en la unidad de oncología pediátrica del hospital San Juan de Dios, hoy podemos decir, confirmar y estar felices de que tenemos dos niñas más, de 5 y 12 años, que están libres de cáncer”.

Las protagonistas de esta historia de superación son Judith Díaz, de 5 años, y Mery Benítez, de 12, quienes han vencido la leucemia linfoblástica aguda después de más de tres años de tratamiento intensivo. Este logro no solo representa una victoria personal para las niñas y sus familias, sino que también para el HRSJDD.

Almazán subrayó la complejidad del tratamiento contra el cáncer infantil: “Es un tratamiento muy largo de tres años y un poco más en algunos casos, debido a la complejidad que esto implica”. Sin embargo, enfatizó que estos casos exitosos demuestran que, a pesar de todas las falencias que se tiene como institución, se puede, se puede lograr”.

Son más los niños nuevos con cáncer que los que se recuperan

La celebración de estas victorias viene acompañada de una realidad desafiante. El oncólogo reveló que actualmente el hospital está atendiendo a 23 niños en tratamiento de quimioterapia. “La mayoría, el 80% prácticamente, son leucemias”, explicó. “Hay tumores de hueso, tumores renales, tumores en el ojito, retinoblastomas, algunos linfomas que son menos frecuentes, pero que igual tienen que recibir tratamiento”.

La situación se vuelve más compleja cada año, ya que el número de casos nuevos sigue aumentando. “Todos los años en promedio estamos recibiendo entre 12 a 14 casos por año”, señaló Almazán. Esta estadística, aparentemente modesta, esconde una realidad más compleja dado que el tratamiento de cada niño puede durar entre uno y tres años, cada nuevo paciente representa una carga adicional sostenida para el sistema.

“Cada niño nuevo que ingresa es un niño que empieza a sobrecargar el sistema porque en realidad lo tienes durante tres años continuos en tratamiento”, explicó el oncólogo. “Entonces se va saturando nuestra unidad” afirmó.

Almazán realizó una llamada de atención a las autoridades para que  puedan reforzar esta unidad oncológica, “pequeña bola de nieve que va creciendo” para describir la situación. “El día de mañana hay que tener ya la capacidad resolutiva para poder tratar en ambientes más adecuados, más grandes, porque esto va a ir creciendo año a año”, advirtió.

La procedencia de los pacientes también ha experimentado cambios en los últimos años. Inicialmente, casi la mitad de los casos provenían de la región del Chaco. Sin embargo, en los últimos dos años, se ha observado una distribución más equilibrada. “Tenemos pacientes de Cercado, San Lorenzo, como estas dos niñas, de Padcaya, Bermejo, Caraparí que no había, ahora ya tenemos un caso, Yacuiba y Villamontes”, detalló el médico. Yacuiba y Villamontes han sido históricamente los dos municipios que más han referido casos de cáncer infantil al hospital.

Es importante destacar que el Hospital Regional San Juan de Dios, junto con el Hospital Obrero Número de la Caja Nacional de Salud, son los únicos centros en Tarija que realizan tratamientos de quimioterapia de alta complejidad para niños. Esta exclusividad subraya la importancia crítica de estos servicios y la necesidad de su continuo fortalecimiento y expansión.

A pesar de los desafíos Almazán mantiene un mensaje de esperanza para las familias afectadas por el cáncer infantil. “Esta enfermedad sí se puede curar, no hay que bajar los brazos”, afirmó con convicción. Sin embargo, no ocultó la dura realidad de que no todos los pacientes logran superar la enfermedad. “Lamentablemente hay chicos que no llegan a esta etapa, en el camino hay muchas piedras y muchas veces terminan falleciendo también”, reconoció el oncólogo.

Estas pérdidas no solo afectan a las familias, sino también al equipo médico que ha acompañado a los niños durante su tratamiento. “Obviamente a nosotros como equipo médico de enfermería y todo el equipo de salud nos afecta también, porque son chicos que los conocemos mucho tiempo”, afirmó Almazán.

No obstante, el doctor Almazán lamento en que, en la mayoría de los casos, es posible curar a los niños. La clave, según él, radica en “una disciplina inquebrantable de los padres que tienen que cumplir el tratamiento al pie de la letra”. Este énfasis en la adherencia al tratamiento subraya la importancia de la colaboración entre el equipo médico y las familias en la lucha contra el cáncer infantil.

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