Un docente de primaria fue detenido este martes en la mañana tras ser acusado de abusar sexualmente de varias alumnas. La denuncia involucra al menos a seis menores, cuyos testimonios revelan años de silencios impuestos, encubrimientos institucionales y traumas no atendidos. El caso provocó la furia de los padres, que irrumpieron en la unidad educativa Alberto Baldivieso y sacaron al acusado a patadas y puñetes, exigiendo justicia y una intervención profunda.
El hombre, quien ejercía como profesor y tutor desde hace años en un colegio del nivel primario, fue señalado por las propias niñas, quienes relataron que los abusos se producían dentro del aula, durante clases, y que muchas veces eran obligadas a sentarse en sus piernas mientras él realizaba tocamientos indebidos. Según los testimonios recabados, la conducta abusiva se extendió por años sin ser detenida.
“Mi hija contó que todo comenzó desde que estaba en primaria. Él la tocaba por la espalda, la sentaba encima suyo y la intimidaba con la mirada. Lo peor es que nadie nos dijo nada, ni siquiera la psicóloga del colegio. Nos enteramos recién cuando ya estaba en tratamiento psicológico”, declaró una madre visiblemente afectada, quien también señaló que la primera en ser informada no fue la familia, sino la Defensoría de la Niñez.
Indignados por la falta de acción, los padres de las víctimas decidieron actuar por su cuenta. Este lunes, en medio del caos y la desesperación, irrumpieron en la unidad educativa, enfrentaron al docente acusado y lo sacaron a patadas, golpes y empujones, entre insultos y gritos de “¡violador!”. La policía tuvo que intervenir para evitar que el hecho pase a mayores y proceder con su aprehensión formal.
“Esto se sabía desde hace días, incluso desde el 22 de abril. Nadie nos dijo nada. La psicóloga lo sabía, la directora también, pero lo ocultaron”, reclamó otra madre. “Ahora mi hija no quiere volver al colegio. El daño ya está hecho, y si no hablábamos, él seguiría enseñando como si nada”.
Los padres aseguran que el maestro, además, se presentaba a trabajar en evidente estado de ebriedad. “Se le sentía el aliento a varios metros de distancia. Aun así, seguía dando clases. ¿Cómo lo permitieron?”, denunció uno de los representantes de familia. “Ya somos cinco familias que hemos presentado denuncias y sabemos que hay más víctimas que aún no se atreven a hablar”.
Según versiones de los padres, la dirección del colegio intentó manejar el caso internamente, pidiendo a la psicóloga no compartir la información con las familias. Por su parte, el director sostuvo que se cumplió el protocolo y que la Defensoría fue notificada en su momento. Aun así, los padres no están conformes: exigen un proceso administrativo inmediato contra las autoridades del colegio por omisión y encubrimiento.
