Willam Octavio Flores/EL ANDALUZ
A pesar de las recientes lluvias, Tarija enfrenta una grave crisis hídrica que amenaza la producción agrícola y la seguridad alimentaria local. Eider Quiroga, asambleísta departamental de Tarija, ha alertado sobre la crítica situación que atraviesan los sistemas de riego en del Valle Central, afectando a numerosas comunidades y poniendo en riesgo los cultivos en un momento de intenso calor y sequía.
Quiroga detalló la extensión del problema, mencionando varios sistemas de riego afectados. “El problema comprende el sistema de Riego, Pampa, Colorado, CENAVIT, Calamuchita que son 16 comunidades y también tenemos otras tomas que es Ancon Grande, Ancon Chico, tiene tres canales, Chosa, San Isidro, en este caso Pampa la Villa Chica también, está Calamuchita que creo que tiene alrededor de dos o tres canales también, está la Ventolera, la Angostura y Toma Tunal”. La situación es tan grave que en algunos puntos, como el Angosto, la Ventolera o la Angostura, el río Guadalquivir ya no lleva agua Según el asambleísta.
El cambio climático y las altas temperaturas han elevado la necesidad de riego frecuente. Quiroga señaló que con el calor actual, algunos cultivos como la papa requieren riego cada dos o tres días. Aunque cultivos como la viña pueden resistir un poco más, la frecuencia de riego necesaria ha aumentado significativamente debido a las condiciones climáticas extremas.
La crisis no se limita al municipio de Uriondo, sino que afecta a toda la región. Quiroga criticó la falta de acción efectiva por parte de las autoridades locales y nacionales: “Por parte de los órganos ejecutivos que son alcaldes, que son en este caso Gobernación, Gobierno Nacional, no hay resolución al problema de fondo con la sequía”. El asambleísta argumenta que las medidas actuales, como la distribución de fertilizantes o pequeñas cantidades de abono, son insuficientes para abordar la magnitud del problema.
Agua de San Jacinto se usa más para generar energía
Una de las causas de esta crisis es la gestión del agua en el lago San Jacinto. Según Quiroga, el embalse contiene más de 40 hectómetros cúbicos de agua, pero solo se utilizan alrededor de 6 hectómetros cúbicos para riego. El resto del agua, aproximadamente 34-35 hectómetros cúbicos, se destina a la generación de energía eléctrica.
La situación se vuelve aún más alarmante cuando se considera el manejo diario del agua. “A partir de las 6 de la tarde abren las compuertas del lago San Jacinto para generar energía y están echando 18.000 litros por segundo”. Afirmó Quiroga. De este caudal, los agricultores solo pueden aprovechar unos 2.000 litros por segundo durante breves períodos, mientras que los 16.000 litros restantes se pierden río abajo.
Regantes se declaran en emergencia
Ante esta realidad, los regantes y las comunidades afectadas están exigiendo una declaración de emergencia que priorice el uso del agua para riego en todo el departamento, especialmente en el lago San Jacinto. «No podemos estar desperdiciando agua de esta manera”, enfatizó Quiroga.
Recientemente, se llevó a cabo una reunión con autoridades comunales para discutir posibles soluciones. Como resultado, los regantes han presentado una propuesta de ley que busca garantizar que el agua de los embalses y afluentes sea prioritaria para el riego, con el objetivo de asegurar la producción de alimentos.
Esta iniciativa legislativa refleja la urgencia de la situación y la necesidad de una acción coordinada entre los diferentes niveles de gobierno y la sociedad civil. La propuesta busca equilibrar las necesidades de generación de energía con las demandas críticas del sector agrícola, fundamental para la economía local y la seguridad alimentaria del departamento .
La propuesta de ley presentada por los regantes podría ser un primer paso importante hacia una solución integral. Sin embargo, será crucial que esta iniciativa vaya acompañada de inversiones en infraestructura, programas de adaptación al cambio climático y una revisión completa de las políticas de gestión del agua y energía en la región.