La ONU alerta de vínculos entre narcos y producción ilegal de oro


La tala de bosques, la minería ilegal, la ocupación irregular de tierras y el tráfico de vida silvestre son las actividades que están siendo absorbidas por la economía de las drogas, especialmente de la cocaína.

Además, de acuerdo con Informe Mundial sobre Drogas 2023 publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), los pueblos indígenas y otras minorías están sufriendo las consecuencias de esta convergencia delictiva.

 Desplazamientos, envenenamiento por mercurio y exposición a la violencia, entre otras son parte de las consecuencias que se advierten en el informe publicado durante la última semana de junio.

“Los grupos delictivos organizados involucrados en el narcotráfico en Brasil, Colombia, Perú y, en menor medida, en Bolivia están aprovechando las cadenas de suministro legales e ilegales para expandir sus operaciones. Cada vez hay más pruebas, por ejemplo, de que los traficantes de drogas financian y brindan apoyo logístico para operaciones ilegales de extracción de oro en toda la región, incluso en territorios protegidos, expandiéndose hacia la tala ilegal y el tráfico de vida silvestre, incluidas plantas, insectos y animales”, señala este reporte de la ONU que fue divulgado desde Viena.

El informe también señala que “para transportar legalmente madera o minerales también se cargan rutinariamente con cocaína oculta en envíos destinados a mercados extranjeros”. Estos hallazgos se han dado en varios puertos de gran calado en Europa hasta dónde llega la droga proveniente desde Sudamérica. 

Un agente de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) le dijo a EL DEBER que hay señales cada vez más intensas en el país de la presencia de “emisarios” del Primer Comando de la Capital (PCC) que “monitorean” estos envíos y “que trabajan con clanes familiares especialmente de Beni”. Además, remarcó, ellos “tienen que garantizar que la droga sea de Bolivia porque es la más requerida en Europa”.

El exministro de gobierno Carlos Romero afirmó que en el país existe “un negocio subterráneo” para transar droga por oro. “Esto además genera un impacto ambiental y atenta contra los pueblos indígenas de la amazonia de Bolivia”, remarcó la exautoridad tras destacar el enfoque que la Unodc le dio a su informe de este año.

Según Romero, la realidad que refleja el reporte está generando tensiones y un incremento de la violencia. Lamentó que el “sicariato” haya crecido. La exautoridad contabilizó un total de 30 ajustes de cuenta vinculados con la droga y posiblemente el tráfico ilegal de oro. También consideró que posible una migración de cultivos de coca del trópico de Cochabamba a la Amazonia. 

De acuerdo con el informe de la ONU, la economía de la droga, asociada a cargos de orden ambiental, “suele ir acompañada de delitos convergentes, que van desde el soborno, extorsión, fraude y el lavado de dinero hasta el homicidio, las agresiones violentas, la violencia sexual y el trabajo forzoso” y por ello “los más directamente afectados por estos delitos son las comunidades más pobres y vulnerables de la Amazonía, incluidos los pueblos indígenas y los afrodescendientes”, puntualiza el documento. 

Además, señala que una proporción significativa del oro producido en la Amazonia es ilegal y que fue alentada por los precios altos durante la pandemia de coronavirus. Estos factores alentaron una verdadera “fiebre del oro”, especialmente en el norte de La Paz, donde personas de varios países se asentaron para la extracción del mineral dorado.

Según la Unodc, existen evidencias de que grupos de narcotraficantes “invierten” en maquinaria y financian operaciones auríferas. “El oro es la principal exportación del Estado Plurinacional de Bolivia y el uso del mercurio está provocando impactos ambientales negativos, incluso a lo largo de la ‘ruta dorada’ que atraviesa parques y reservas en la cuenca amazónica”, alerta el documento.

“Los grupos narcotraficantes brasileños han ampliado sus intereses en la extracción de oro a través de las fronteras. Por ejemplo, desde 2019, el Comando Vermelho (CV) habría extendido sus operaciones a Madre de Dios, en Perú” puntualiza el documento que también cita fuentes periodísticas. De hecho, en la selva peruana, en una zona próxima a Bolivia, se ha reportado la existencia de “Los Malditos del Comando Vermelho” que también controla rutas del narcotráfico que pasan por el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) y Puno.

El cultivo y tráfico de drogas y los delitos que afectan el medio ambiente están aumentando en la cuenca amazónica de los cuatro países analizados en este capítulo, debido en parte a la abundancia de recursos naturales junto con una presencia limitada del Estado, la corrupción persistente y factores estructurales relacionados con la informalidad, desigualdad y desempleo”, señala la ONU.

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