Willam Octavio Flores/EL ANDALUZ
En los últimos tiempos, ha surgido una preocupante situación en la región de Tarija: el incremento significativo de niños migrantes que se ven obligados a trabajar para sobrevivir. Ante esta realidad alarmante, la Defensoría de la Niñez y la Adolescencia ha intensificado sus esfuerzos para abordar esta problemática de manera integral y brindar apoyo a esta vulnerable población.
El asesor legal de la Defensoría, Pablo Paredes, ha destacado la importancia de implementar controles más estrictos en los puntos clave donde se concentra la población migrante en tránsito. Estos controles no solo buscan detectar y registrar la presencia de niños trabajadores, sino también proporcionarles asistencia y protección adecuadas.
No obstante, Paredes reconoce que abordar esta problemática es un desafío complejo. Si bien es cierto que muchos de estos adolescentes se ven obligados a trabajar para poder cubrir sus necesidades básicas y mantener a sus familias, también es necesario evitar que sean explotados o sometidos a situaciones de abuso. En este sentido, la Defensoría se compromete a velar por el cumplimiento de la legislación boliviana, que permite el trabajo a partir de los 14 años, siempre y cuando se respeten los derechos y la integridad de los menores.
La labor de la Defensoría no se limita únicamente a los controles y la asistencia legal. También están enfocados en la prevención, particularmente en lo que respecta a los riesgos que enfrentan los menores cuando viajan solos a otros departamentos en busca de oportunidades laborales. Con el objetivo de garantizar su seguridad y bienestar, la institución lleva a cabo operativos continuos y campañas de sensibilización para concienciar sobre los peligros asociados a la migración infantil no acompañada.