Willam Octavio Flores/EL ANDALUZ
Las muestras del sándwich fueron enviadas al Instituto Nacional de Laboratorios de Salud (INLASA), el laboratorio autorizado para realizar este tipo de análisis, y los resultados indicaron la presencia de bacterias como estafilococos aureus, Coliformes totales, Coliformes fecales, Escherichia coli y salmonela en el queso criollo utilizado en la preparación del sándwich.
La directora interina del SEDES, Marcela Ramírez Aragón, explicó que las muestras enviadas al laboratorio correspondían al queso, la mayonesa y el tomate utilizados en la elaboración del sándwich, no del sándwich completo en sí. Sin embargo, los análisis arrojaron que el queso criollo presentaba una alta contaminación bacteriana.
La sintomatología presentada por los niños, como vómitos, diarrea y dolor abdominal, sugiere que la contaminación bacteriana se deberá a la mala manipulación de alimentos desde la producción hasta la preparación del sándwich.
El SEDES ha estado trabajando en la atención de los niños afectados, brindando seguimiento y tratamiento médico oportuno en el centro de salud San Jorge y en las redes de salud correspondientes.
El brote ha sido manejado como un brote alimentario debido a la cantidad de niños afectados por consumir un producto alimentario en un mismo lugar. Aunque el SEDES ha descartado la posibilidad de una intoxicación alimentaria, ha confirmado que se trata de una infección bacteriana.
En respuesta al brote, el SEDES está elaborando un informe final con recomendaciones para mejorar la inocuidad alimentaria en la producción y distribución de alimentos. El queso criollo contaminado puede haber sufrido una contaminación en cualquier punto desde su producción hasta su consumo final, lo que dificulta la identificación precisa del origen de la contaminación. Por lo tanto, se emiten recomendaciones a todas las partes involucradas en la producción y distribución de alimentos para prevenir futuros brotes de este tipo.
El SEDES ha instaurado a las autoridades competentes, como la Intendencia y el SENASAG, a realizar un control más minucioso de ciertos productos para garantizar la seguridad alimentaria y la salud pública. La preocupación del SEDES es que este alimentario pueda ser el preludio de futuros brotes de infecciones bacterianas si no se toman las medidas adecuadas para prevenirlos.
 
								





