(Roberto A. Barriga/ EL Andaluz)
En su traslación, la Tierra describe una órbita elíptica alrededor del Sol, la cual tiene una duración de 365 días 5 horas, 45 minutos y 36 segundos. A su vez, la Tierra presenta una inclinación de su eje de rotación de 23 grados 27 minutos con respecto al Sol. Ambas circunstancias provo-can la sucesión de estaciones y suponen la razón por la que la cantidad de luz solar que incide sobre los hemisferios norte y sur del planeta sea desigual dependiendo de la época del año en que nos encontremos. Así pues, será verano en el hemisferio que, en un momento dado, se encuentre inclinado hacia el Sol (pues los rayos solares inciden sobre esta zona de manera más directa y aumentan la temperatura), mientras que en el hemisferio opuesto será invierno.
Qué es el solsticio de invierno
El solsticio es un acontecimiento de índole astro-nómico y que designa los cambios estacionales que marcan la llegada del invierno y del verano. Donde se observará una marcada diferencia entre el día y la noche, respectivamente.
Los solsticios son la época del año cuando el eje de la Tierra se inclina directamente en dirección del Sol. En los solsticios, los rayos solares llegan a los límites máximos que pueden alcanzar cayendo verticalmente al norte y sur el Ecuador (sobre los trópicos).
La palabra solsticio proviene del latín, concretamente del término “solstitium”, que quiere decir “sol quieto”. Se conocen dos solsticios, el solsticio de verano y el solsticio de invierno, que se corresponden con el día más largo y el más corto del año en el planeta, respectivamente.
Comúnmente se dice que el 21 de junio comienza el invierno en nuestro hemisferio, pero de acuerdo a las efemérides astronómicas el invierno comenzará el 20 de junio a las 23 horas 32 minutos Hora Boliviana que durará hasta 22 de septiembre que llega la primavera.
El inicio de las estaciones se establece por aquellos instantes concretos en los que la Tierra se encuentra en unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. En el caso del invierno, esta posición se da en el punto de la eclíptica en el que el Sol alcanza su posición más austral. El día en que esto sucede, el Sol alcanza su máxima declinación Sur (-23º 27`).
La noche del 21 al 22 de junio será la noche más larga del año (tendrá una duración de 13 horas y 11 minutos), a partir de esta fecha, los días serán más largos en la medida que el sol, en su movimiento aparente, comienza a regresar hacia el Ecuador y hacia el hemisferio sur cuando se produce el equinoccio de primavera.
Año nuevo aymara 5.529
La celebración en Bolivia del Año Nuevo Andino congregará a miles de personas en las ruinas de la antigua Tiwanaku, aunque quizá muchos no sepan que la fiesta fue creada hace pocas décadas, ni sepan de la polémica sobre su antigüedad.
La festividad, llamada «Willka Kuti» (retorno del Sol) o Machaq Mara (Año Nuevo), nació en la década de 1980 cuando jóvenes de un movimiento indio aymara quisieron restaurar en la memoria de su pueblo rituales supuestamente milenarios dedicados cada 21 de junio al solsticio de invierno en el hemisferio austral, en correspondencia con un nuevo ciclo agrícola.
El nacimiento de la fiesta ha sido contado varias veces por uno de sus protagonistas, el estudioso, profesor universitario e impulsor de la cultura del mundo aymara, el exdiputado Germán Choquehuanca, a quien sus seguidores llaman «el Inka».
La conmemoración se hizo popular y en 2005, el entonces presidente Carlos Mesa promulgó una ley para declarar al Año Nuevo Aymara como Patrimonio Intangible, Histórico y Cultural de Bolivia, y en 2009 el Gobierno de Evo Morales decretó que cada 21 de junio sea festivo nacional y después le cambió el nombre a Año Nuevo Andino, Amazónico y del Chaco porque la celebración alcanzó a más de 230 lugares del país considerados sagrados.
Por su simbolismo, la fiesta ahora es replicada en algunas regiones de Chile, Argentina y Perú y los bolivianos la reproducen incluso en Europa, aunque el centro arqueológico de Tiwanaku, a 71 kilómetros de La Paz, concentra las principales ceremonias por su importancia para el mundo indígena andino.