(Roberto A. Barriga/EL Andaluz)
Duda, es lo que habita en las miradas de las cinco personas que hacen fila en el sector de emergencia del Centro de Salud Palmarcito a las 08:00 am. En la puerta principal enfermeras indican que todo lo relacionado con Covid, tanto atención, diagnóstico, como petición de prueba, debe ser atendido por emergencias.
Pasan los minutos, el sudor cae, la gente cabecea, la duda se imprime en las miradas, no es tan fuerte aún como para reclamar, tal vez nunca lo sea, no es el sol, no es el verano , es el Covid, todas las presentes sospechan que lo tienen, dolor de garganta, de espalda, de pecho, vomito, mareos, pérdida de olfato, entre fila salen los diagnósticos, pero emergencias no atiende a la fila de Covid. Qué sucede, por qué no avanza.
Al frente de la sala de emergencia que esta cerrada y la gente espera adolorida en la calle, se encuentra una pequeña sala de tuberculosis, ahí si hay personal, se molestan ante la pregunta si atienden. Al fin alguien responde, un hombre, mas un muchacho de contextura delgada y tez morena, es casi un colegial, responde el llamado, explica que hay muchas personas y solo una enfermera y la doctora de turno Fabiana, cuyo apellido lo guardan con recelo, y su persona, el malestar crece, parece que con los minutos el covid aumenta.
9:30 am. Más de una hora media y las cinco personas se multiplicaron, son como 15, la fila no avanza, personas llegar con heridas o “inyectables” hacia emergencias son atendidas pero la fila de covid no, esta ahí, como la enfermedad, inamovible.
Esperanza, la primera en la fila es atendida, a las 10:00 am. Atienden a la segunda, el malestar y la estática de la fila ganan a los síntomas, hay reclamos. La doctora Fabiana responde que “son personas también” y que se tiene que esperar, la enfermera tampoco comprende que en dos horas atendieron a dos personas de la fila del covid, mientras las otras que iban por otro asunto entraban y salían, existe una clara discriminación hacia los pacientes de coronavirus.
Muchos de la fila se van, no les importa saber si tienen la enfermedad o no, no pueden soportar la situación, el cuerpo y malestar les gana.
Tras los reclamos parecen despertar, agilizan la atención, recordaron que son seres humanos los de la fila de Covid, una señora que no podía mantenerse de pie, explica ante la ventanilla casi abierta, casi cerrada, como dejada así para que se te dificulte hablar con el personal médico, que le duele la espalda, el pecho, la cabeza, no siente olor, y le cuesta respirar.
Le dicen que la llamaran para que le realicen la prueba de PCR de Covid, le dan dos pastillas de Ivermectina, cinco de azitromicina, y varios ibuprofenos. Jamás le recomiendan que se realice un control de pulmones, ni nada por el estilo, parece no importarles, los pacientes son números, son datos, no somos humanos, pero el personal de salud apunta que ellos si son y por lo tanto los números debemos entenderlos a ellos.
El secretario de Desarrollo Humano, Rodrigo Fuenzalida, entregó a El Palmarcito multivitaminas, el centro no cumple en entregarlas, pues ninguno de los revisados por el asistente, ya que la doctora se dedicaba al papeleo, no recibieron lo que deben.
11:00 am. Aún no avanza, en tres horas se atendeiron cinco personas, de la fila del covid, los heridos e “inyectables” de la sala de Emergencia del Centro Infernal de Salud El Palmarcito ya fueron todos atendidos, ahora los pacientes de Covid gozaran de la ley.
ElArtículo 138° del código de Salud Boliviano establece que: Los establecimientos de salud, están obligados a atender casos de emergencia sin consideraciones de ninguna naturaleza. Asimismo, en los casos de emergencia resultantes de catástrofe nacional estarán obligados a prestar atención inmediata e integrarse al sistema de defensa civil.
El Infierno Palmarcito continua
Hay una trampa que desde lejos no se veía, cuando llegas a la ventanilla mal cerrada o mal abierta, pero mal, como la atención, te piden que estés registrada en el SUS (Sistema Único de Salud). Qué significa esto.
Cada centro de salud donde uno se atiende cuenta con una base de datos de personas registradas en esos establecimientos, para ser atendido debes registrarte primero. Esto supone varios problemas que aparentemente no lo son, pero ese momento si.
Por ejemplo las personas que viven en el centro y necesitan la atención de primer nivel o primaria, deben ir al Centro de Villa Busch, totalmente alejado de sus barrios, pero en caso de Covid deben ir al Palmarcito, para ser atendidos en ambos centros o cualquiera, deben inscribirse al sistema propio del centro del SUS. Para hacer eso necesitas una fotocopia de tu carnet y presentarla, sencillo.
La trampa es que cuando te pasas horas haciendo fila y la atención es paupérrima, nadie informa, y nadie explica el procedimiento, pasa que llega tu turno, debes salir de la fila, ir a sacar una foto copia, regístrate, y volver de nuevo a que te atiendan, esto supone varios problemas, muchos centros de salud no tiene fotocopiadoras cerca. Muchas personas con malestar deben ir a buscar fotocopiadora y volver, por eso se recomienda, SIEMPRE LLEVAR UNA FOTOCIPA DE CARNET DE IDENTIDAD, se ahorrarán muchas molestias.
Una vez encontrada la fotocopiadora una pasa dentro del Centro de Salud, no a emergencias para inscribirse al SUS; ahí personal te toma los datos y puede volver a sufrir a emergencia, pero en El Centro Infernal Palmarcito no es tan fácil. Porque la persona encargada de registrarse había “ido” según el personal al SEDES, entonces no podía registrase nadie. Eran las 11:30 am. Emergencias solo había atendido a cinco personas pacientes de Covid, y los ánimos eran beligerantes.
Una empática licenciada en enfermería de robusto cuerpo y alma inquebrantable entendió la situación de las pacientes de emergencia de covid, por lo que con ahincó e ímpetu se puso a registrar a las personas.
Una vez realizado el nuevo trámite, el ayudante, no la enfermera ni la doctora, llenó una ficha ambiental en menos de 5 minutos y avisó que el Servicio Departamental de Salud (SEDES) llamará una sola vez para avisar dónde se realizará la prueba PCR, y si no contestas no vuelven a llamar o sea “te jodes”.
Llegado el medio día un casi colegial lleno el cinco minutos una ficha que se esperaba desde las 08:00am. Y se tuvo suerte, la semana pasada pacientes fueron, no recibieron más que ibuprofeno, y hasta ahora no los llaman, pues así es como se trabaja en el Centro Infernal de Salud El Palmarcito.
¿Cuánta gente habrá con el virus que no es registrada porque no accede a la atención, o porque simplemente no puede ir a recibir tan malos tratos?