SEDES advierte colapso en hemodiálisis y urge al Ministerio de Salud la asignación de personal

Agencias/El Andaluz

La situación de los pacientes que requieren hemodiálisis en el departamento se ha vuelto crítica. Según informó el director del SEDES, Nils Casson, la falta de personal y la saturación de los servicios ya impiden la atención de nuevos casos, pese a ser una población altamente vulnerable.

Casson explicó que en 2023 se habilitó un espacio para atender quimioterapias diurnas en el antiguo hospital del quemado, con el fin de descongestionar el Hospital San Juan de Dios y reducir riesgos de infección. Sin embargo, la demanda ha crecido tanto que ahora también se requiere habilitar turnos nocturnos, algo imposible sin la asignación de más personal.

Por ello, hace más de dos semanas se enviaron notas al Ministerio de Salud solicitando la reubicación de tres enfermeras identificadas como supernumerarias, con el objetivo de reforzar la atención a pacientes con cáncer. Hasta la fecha, lamentó, no se recibió respuesta, lo que mantiene a los enfermos retornando a sus hogares con quimioterapia incompleta y expuestos a mayores riesgos.

El director del SEDES cuestionó la falta de descentralización anunciada desde el nivel central, señalando que resulta insostenible depender de autorizaciones desde La Paz para atender situaciones urgentes. “La gente no puede esperar hasta enero, necesitamos soluciones ahora”, afirmó.

Asimismo, advirtió que el servicio de hemodiálisis se encuentra completamente colapsado. Ni los centros de convenio del sector privado, ni el Hospital San Juan de Dios, ni la sala de San Andrés tienen capacidad para recibir nuevos pacientes. La situación se agrava porque usuarios de Villamontes, Yacuiba e incluso Bermejo deben trasladarse a Tarija hasta tres veces por semana para recibir su tratamiento, exponiendo su vida y generando altos costos de traslado.

Casson relató que durante una visita reciente a Villamontes constató que el municipio no puede ampliar el servicio, debido a que hace más de un año y medio no recibe los recursos destinados a cubrir insumos y personal para hemodiálisis. La deuda supera el millón y medio de bolivianos, lo que impide mejorar la capacidad de atención y repercute directamente en el colapso que enfrenta Tarija.

El SEDES también envió solicitudes de reunión a la responsable del Programa Renal para presentar un informe detallado de la crisis, pero hasta el momento —lamentó— no obtuvo respuesta. “En algún momento, los pacientes con enfermedades renales van a salir a quejarse porque su vida está en riesgo, y no podemos seguir esperando”, advirtió

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