La víctima añadió que, al recobrar el sentido, notó que su padre estaba a su lado, sin camiseta, lo que incrementó la angustia y confusión de la niña.
Una niña de 11 años denunció el pasado 30 de septiembre a su padre por agresión sexual relató que, tras beber un vaso de agua que le dio su padre, perdió el conocimiento y despertó con dolor en sus partes íntimas, encontrando a su progenitor sin camiseta a su lado. La denuncia fue presentada ante la Fiscalía de Villa Montes.
Según se conoció preliminarmente por fuentes policiales, la víctima, relató en su declaración, a través de una entrevista psicológica en la Cámara Gesell, lo sucedido en el mes de abril de 2024. Según la menor, ese día se encontraba sola en su hogar, en el barrio Chañar Bajo, cuando su madre salió a trabajar. Fue en ese momento cuando su padre de 44 años de edad, le ofreció un vaso de agua. Posteriormente, la niña perdió el conocimiento y, al despertar, experimentó un intenso dolor en sus partes íntimas. La víctima añadió que, al recobrar el sentido, notó que su padre estaba a su lado, sin camiseta, lo que incrementó la angustia y confusión de la niña.
El caso fue asignado a una investigadora de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) y una fiscal de la región, quien se encuentra al frente de las investigaciones para esclarecer los hechos. En tanto, se tomaron las medidas necesarias para avanzar con el proceso judicial.
Las autoridades del Ministerio Público continúan realizando diligencias para verificar los detalles del caso, mientras se mantiene el secreto de la investigación.
Los abusos contra menores crecen
El abuso sexual infantil sigue siendo una de las formas más graves de violencia en Bolivia. Según las cifras de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia y otras entidades, los casos reportados en el país han aumentado en los últimos años.
Esto es, en parte, debido a una mayor conciencia social y a la mayor disposición de las víctimas y sus familias para denunciar estos hechos. Sin embargo, esto también podría reflejar que las cifras reales son aún mayores, dado el alto nivel de subregistro en comunidades rurales y regiones alejadas.
