Lo que antes era un problema de desechos ahora es una fuente vital de vida para los espacios públicos y proyectos educativos. Un programa local está gestionando un volumen considerable de residuos orgánicos, con un ingreso mensual de entre 25 y 30 toneladas, que se están transformando en abono en el Centro de Compostaje con el que cuenta el Municipio de Tarija. El resultado de este proceso es tangible ya que cada mes, se producen entre 1.2 y 1.5 toneladas de abono orgánico de manera directa y lista para su uso.
Según la Encargada De Disposición Final de EMAT, Yetzenia Ustarez, indicó que el éxito de la producción radica en la diversificación de métodos de compostaje. El proyecto no se basa en una sola técnica, sino que emplea tres procesos probados para garantizar la calidad y eficiencia del producto final. Se utiliza el método takakura, que aprovecha técnicas ancestrales; la lombricultura o vermicompostaje, donde las lombrices producen humus de la más alta calidad; y el compostaje tradicional, el proceso estándar de descomposición aeróbica. Esta combinación asegura un producto final rico en nutrientes y listo para nutrir la tierra de toda la ciudad.
“El abono no se queda en el centro de producción, su distribución está estratégicamente dirigida a fortalecer los pilares de la vida comunitaria y ambiental. Se entrega en respuesta a solicitudes específicas que impulsan el desarrollo social y ecológico, llegando a ser esencial para el ornato público, ayudando a embellecer parques, jardines y áreas verdes, asegurando que el espacio público luzca siempre vibrante y saludable”, dijo Ustarez.
Además la mencionada funcionaria municipal, este trabajo es un pilar en la educación ambiental, siendo suministrado a escuelas y talleres para realizar actividades educativas, enseñando a las nuevas generaciones sobre la economía circular y en las unidades educativas de Cercado.
La gestión de residuos ya no es solo un costo, sino una inversión directa en el futuro verde de la ciudad y para mantener una Tarija Verde para Siempre.


