El viernes 7 de febrero, un caso que dejó atonitó a la sociedad boliviana salió a la luz pública. Una niña de 12 años fue diagnosticada con un embarazo de aproximadamente cinco meses tras ser llevada a un centro hospitalario debido a dolores intensos en el estómago. La revisión médica reveló la desgarradora noticia: la menor estaba en estado de gestación, lo que desató una cadena de hechos que destaparon una tragedia familiar.
Según informó , Sandra Gutierrez, fiscal departamental, la madre, desconcertada por el diagnóstico, decidió preguntar a su hija sobre lo sucedido. Fue en ese momento cuando la menor, entre lágrimas, comenzó a relatar los abusos que había sufrido. La niña contó que desde abril de 2024, su padrastro de 28 años la había violado en reiteradas ocasiones. Tras escuchar su relato, la madre interpuso la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público, y la investigación fue inmediatamente iniciada.
En la Cámara Gesell, la menor pudo dar más detalles sobre los abusos sufridos, lo que permitió a las autoridades proceder con la aprehensión del agresor. El sospechoso fue detenido y sometido a un procedimiento abreviado. Durante el juicio, aceptó su culpabilidad, y en un proceso legal rápido, se le dictó una condena de 30 años de prisión sin derecho a indulto. En menos de 48 horas, el sujeto fue trasladado al penal de Morros Blancos, donde cumplirá la pena impuesta por el tribunal.
Además de los aspectos judiciales, se descubrió que la hermana de 10 años de la menor también fue testigo de los abusos, pero había permanecido en silencio debido a las amenazas del agresor. La menor de 12 años y su hermana vivieron bajo un constante temor, lo que dificultó que se denunciaran los hechos en su debido momento.
El equipo médico que atendió a la niña también evaluó la posibilidad de realizar una interrupción del embarazo. Sin embargo, la madre no se había percatado de la gravedad de la situación y las agresiones que sufría su hija.
Padrastro violó a su hija menor, que quedó embarazada de cinco meses, lo condenaron a 30 años de prisión
Además de los aspectos judiciales, se descubrió que la hermana de 10 años de la menor también fue testigo de los abusos, pero había permanecido en silencio debido a las amenazas del agresor.
REDACCIÓN CENTRAL/TINTA ROJA
El viernes 7 de febrero, un caso que dejó atonitó a la sociedad boliviana salió a la luz pública. Una niña de 12 años fue diagnosticada con un embarazo de aproximadamente cinco meses tras ser llevada a un centro hospitalario debido a dolores intensos en el estómago. La revisión médica reveló la desgarradora noticia: la menor estaba en estado de gestación, lo que desató una cadena de hechos que destaparon una tragedia familiar.
Según informó , Sandra Gutierrez, fiscal departamental, la madre, desconcertada por el diagnóstico, decidió preguntar a su hija sobre lo sucedido. Fue en ese momento cuando la menor, entre lágrimas, comenzó a relatar los abusos que había sufrido. La niña contó que desde abril de 2024, su padrastro de 28 años la había violado en reiteradas ocasiones. Tras escuchar su relato, la madre interpuso la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público, y la investigación fue inmediatamente iniciada.
En la Cámara Gesell, la menor pudo dar más detalles sobre los abusos sufridos, lo que permitió a las autoridades proceder con la aprehensión del agresor. El sospechoso fue detenido y sometido a un procedimiento abreviado. Durante el juicio, aceptó su culpabilidad, y en un proceso legal rápido, se le dictó una condena de 30 años de prisión sin derecho a indulto. En menos de 48 horas, el sujeto fue trasladado al penal de Morros Blancos, donde cumplirá la pena impuesta por el tribunal.
Además de los aspectos judiciales, se descubrió que la hermana de 10 años de la menor también fue testigo de los abusos, pero había permanecido en silencio debido a las amenazas del agresor. La menor de 12 años y su hermana vivieron bajo un constante temor, lo que dificultó que se denunciaran los hechos en su debido momento.
El equipo médico que atendió a la niña también evaluó la posibilidad de realizar una interrupción del embarazo. Sin embargo, la madre no se había percatado de la gravedad de la situación y las agresiones que sufría su hija.
El viernes 7 de febrero, un caso que dejó atonitó a la sociedad boliviana salió a la luz pública. Una niña de 12 años fue diagnosticada con un embarazo de aproximadamente cinco meses tras ser llevada a un centro hospitalario debido a dolores intensos en el estómago. La revisión médica reveló la desgarradora noticia: la menor estaba en estado de gestación, lo que desató una cadena de hechos que destaparon una tragedia familiar.
Según informó , Sandra Gutierrez, fiscal departamental, la madre, desconcertada por el diagnóstico, decidió preguntar a su hija sobre lo sucedido. Fue en ese momento cuando la menor, entre lágrimas, comenzó a relatar los abusos que había sufrido. La niña contó que desde abril de 2024, su padrastro de 28 años la había violado en reiteradas ocasiones. Tras escuchar su relato, la madre interpuso la denuncia correspondiente ante el Ministerio Público, y la investigación fue inmediatamente iniciada.
En la Cámara Gesell, la menor pudo dar más detalles sobre los abusos sufridos, lo que permitió a las autoridades proceder con la aprehensión del agresor. El sospechoso fue detenido y sometido a un procedimiento abreviado. Durante el juicio, aceptó su culpabilidad, y en un proceso legal rápido, se le dictó una condena de 30 años de prisión sin derecho a indulto. En menos de 48 horas, el sujeto fue trasladado al penal de Morros Blancos, donde cumplirá la pena impuesta por el tribunal.
Además de los aspectos judiciales, se descubrió que la hermana de 10 años de la menor también fue testigo de los abusos, pero había permanecido en silencio debido a las amenazas del agresor. La menor de 12 años y su hermana vivieron bajo un constante temor, lo que dificultó que se denunciaran los hechos en su debido momento.
El equipo médico que atendió a la niña también evaluó la posibilidad de realizar una interrupción del embarazo. Sin embargo, la madre no se había percatado de la gravedad de la situación y las agresiones que sufría su hija.