Willam Octavio Flores/EL ANDALUZ
La industria de la construcción e ingeniería en Bolivia está atravesando una grave crisis, reflejo de los desafíos económicos más amplios que enfrenta el país. Este panorama desalentador ha llevado al sector de la ingeniería a hacer un llamado urgente al gobierno para que implemente medidas que ayuden a estabilizar la situación económica y frenen la escalada de precios.
Pascual Velásquez, presidente de la Sociedad de Ingenieros de Bolivia (SIB, ha expresado su profunda preocupación por el impacto que esta crisis está teniendo en el gremio de ingenieros y en los proyectos de construcción en curso. La situación no solo afecta a las empresas constructoras, sino que tiene un efecto dominó en todo el sector de la ingeniería, que depende en gran medida de la ejecución de proyectos de infraestructura.
La devaluación del boliviano frente al dólar ha provocado un incremento de entre el 100% y el 150% en los precios de muchos materiales importados, poniendo en jaque la viabilidad financiera de numerosos proyectos. Este aumento desproporcionado en los costos ha desestabilizado los presupuestos iniciales de las obras, llevando a un estancamiento generalizado en el avance de proyectos cruciales para el desarrollo de Tarija y del país en general.
Según Velásquez, numerosas obras públicas y privadas se encuentran paralizadas o al borde de la cancelación debido al dramático aumento en los costos de los materiales de construcción. La crisis actual representa un desafío significativo para la economía local. La paralización de obras no solo implica la pérdida de empleos directos e indirectos, sino que también frena el desarrollo de infraestructuras esenciales para el crecimiento y progreso del departamento.