El caso de Marco, un interno del penal de Morros Blancos que padece esquizofrenia y vive con un fierro incrustado en el brazo, desató indignación pública y generó un movimiento institucional que derivará en su traslado a un centro psiquiátrico. La decisión fue confirmada por la magistrada Rosmery Ruiz, quien llegó hasta la ciudad de Tarija para verificar personalmente la situación y gestionar la atención urgente del privado de libertad.
La denuncia fue inicialmente atendida por varios medios de comunicación, que recogieron el testimonio de Marco, quien permanece en condiciones degradantes y sin atención médica especializada, a pesar de su evidente deterioro físico y mental.
“Esta persona no debería estar en un penal, sino en un hospital psiquiátrico”, declaró Ruiz en contacto con la prensa. La autoridad judicial confirmó que ya se realizaron las gestiones ante el Ministerio de Justicia y que, a través de esta cartera, el Ministerio de Salud se comprometió a buscar un espacio adecuado para su tratamiento.
Ruiz criticó también el abandono institucional en este tipo de casos. “Hay responsabilidad del Estado. Personalmente fui al hospital Pacheco, en Sucre, para gestionar su ingreso, pero me negaron el traslado. Por eso acudí a otras instancias”, explicó, evidenciando la falta de coordinación entre los niveles de gobierno.
Según la magistrada, esta persona representa también un riesgo para otros internos debido a su estado de salud mental, lo que hace aún más urgente su salida del recinto carcelario.
“Las defensas tienen que concurrir y demostrar que están con los plazos vencidos. Esto procede cuando los internos no han sido acusados formalmente”, precisó, dejando entrever que el caso podría ser un ejemplo de detención irregular o retardación de justicia.
El interno permanecerá en Morros Blancos hasta que se concrete su derivación a un hospital psiquiátrico, algo que, según Ruiz, ya está siendo tramitado con carácter prioritario.
