Una joven de 27 años denunció ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) haber sido víctima de hurto mientras se trasladaba en un vehículo de servicio público perteneciente a una conocida empresa de radiotaxis de la ciudad. El hecho habría ocurrido la madrugada del pasado 10 de agosto, alrededor de las 06:30, en inmediaciones del barrio Virgen de Fátima.
Según el reporte preliminar policial, la denunciante abordó un taxi en las cercanías del parque Bolívar, aparentemente tras una noche de actividad intensa. Durante el trayecto, la víctima se quedó dormida en el asiento trasero del vehículo. Al despertar, notó que su cartera había sido vaciada y se encontraba tirada dentro del mismo taxi. En ese momento, ya no tenía en su poder dos teléfonos celulares de alta gama —uno de marca coreana y otro estadounidense— además de una suma de 500 bolivianos en efectivo.
Al encarar al conductor sobre la desaparición de sus pertenencias, éste negó tener conocimiento alguno y optó por dejarla abandonada en el barrio San Gerónimo, lejos de su destino inicial. Desconcertada, la joven acudió a un amigo para verificar si había dejado los objetos con él, sin éxito.
Días después, logró recuperar su línea telefónica y, mediante el sistema de localización y recuperación de cuentas de Google, descubrió que uno de los dispositivos había sido vinculado a un nuevo número, mismo que correspondía al chofer que la transportó esa mañana. Al ser consultado por el hecho, el conductor alegó haber “encontrado” el celular al día siguiente del incidente y aseguró que lo había llevado a “flashear” con un técnico, comprometiéndose incluso a devolverlo.
Sin embargo, la historia se derrumbó cuando, el 13 de agosto, la afectada recuperó el equipo en instalaciones de la misma empresa de radiotaxis. El teléfono no había sido formateado, conservaba toda la información original, y además contenía capturas de pantalla con fecha y hora del día del hurto, evidenciando que fue utilizado momentos después del presunto hallazgo. Esta contradicción motivó a la víctima a formalizar la denuncia ante la FELCC.
El caso fue asignado a un investigador de la unidad correspondiente, quien ya inició las diligencias para esclarecer los hechos.