En la madrugada del pasado domingo, a las 01:45 horas, un grave hecho de violencia sexual tuvo lugar en la calle Itau, cuando una joven de 22 años fue atacada por un hombre de 57 años, identificado como Carlos B.L., quien se desempeña como taxista. La denuncia llegó a las autoridades después de que los vecinos del lugar alertaran a la Policía sobre la situación de emergencia, tras escuchar los gritos de la víctima pidiendo ayuda.
Según la versión de la víctima, quien se encontraba caminando por la zona, fue abordada por el agresor, quien de manera sorpresiva la arrastró hacia un terreno baldío cercano con la clara intención de abusar sexualmente de ella. La joven intentó resistirse, pero fue reducida por el hombre, quien procedió a intentar consumar el abuso. Sin embargo, la intervención de los vecinos, quienes no dudaron en actuar ante la situación, fue clave para evitar que el delito se concretara.
Los residentes de la zona, al escuchar los gritos de la joven y observar la escena, de inmediato llamaron a la Policía, proporcionando detalles sobre el lugar exacto del ataque. La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) se dirigió rápidamente al lugar, con efectivos encabezados por el comandante de la unidad, Epi Lourdes, quien destacó la rapidez con la que se dio respuesta al incidente, gracias a la colaboración de los vecinos.
«Los vecinos cumplieron con las instrucciones que se les han dado en situaciones como estas. Al alertar a la Policía de inmediato, se evitó que el agresor pudiera consumar el delito», señaló Edson Fernández, director de la FELCV. Según Fernández, el tiempo de respuesta fue crucial, ya que permitió a las autoridades llegar al lugar antes de que el hombre lograra huir completamente.
Al percatarse de la presencia policial, el agresor intentó fugarse corriendo, pero las fuerzas de seguridad ya estaban en el área y pudieron iniciar una persecución para dar con su paradero.
La joven víctima fue rápidamente atendida por personal médico, quienes la trasladaron a un centro de salud cercano para recibir atención tanto física como psicológica debido a la naturaleza traumática del ataque.