Willam Octavio Flores/EL ANDALUZ
Las familias de los efectivos policiales de Tarija se encuentran en estado de emergencia y anuncian posibles movilizaciones a nivel nacional debido al incumplimiento en la entrega de víveres secos correspondientes a su dotación anual. Verónica Tito, vicepresidenta de la Asociación de Mujeres de Policía de Tarija, expuso la crítica situación que atraviesan las familias policiales y las medidas que tomarán si no reciben una respuesta satisfactoria por parte de EMAPA.
“Estamos preocupados a nivel nacional. Solamente ha llegado el azúcar y algunos policías han recibido la harina, pero el presupuesto ya se ha cancelado a EMAPA”, explicó Tito. La situación se agrava ante un reciente pronunciamiento del Comando policial que sugiere la posible suspensión de esta dotación hasta la cosecha de 2025.
El sistema de dotación de víveres para las familias policiales funciona mediante dos entregas anuales. En enero, cada familia debe recibir un quintal de arroz, uno de azúcar y uno de harina, repitiéndose la entrega en agosto. Sin embargo, este año solo han recibido el azúcar, generando preocupación entre las familias, especialmente considerando la actual escasez de arroz en el mercado nacional.
“Lo que exigimos es que se nos entregue algo que ya se ha pagado y cancelado”, enfatizó Tito. La falta de explicaciones claras por parte de EMAPA sobre la demora en la entrega, a pesar de que el dinero ya ha sido desembolsado, ha incrementado la frustración entre las familias policiales.
La situación actual representa un retroceso en los beneficios sociales de la policía boliviana. El año pasado, ya se eliminó la dotación de aceite y fideos del paquete de víveres, y ahora enfrentan la posibilidad de perder también la dotación de arroz y harina. “Este año no queremos perder la dotación porque ustedes saben que está la situación complicada”, manifestó la vicepresidenta.
El problema se extiende más allá de Tarija, afectando a toda la policía boliviana. La Asociación Nacional de Esposas de Policías (Nesclapol) ha realizado reuniones y coordinado pronunciamientos en diferentes departamentos del país. Los recientes bloqueos en las carreteras han impedido que las representantes tarijeñas viajen a La Paz para participar en las reuniones de la directiva nacional, complicando aún más la situación.
La estructura jerárquica dentro de la institución policial añade una capa adicional de complejidad al problema. Como explica Tito, “dentro de la policía ellos emiten un comunicado y sus subordinados deben obedecer, ellos no hacen preguntas”. Esta situación ha llevado a que sean las esposas y familias quienes deban tomar la iniciativa para reclamar sus derechos.
Mala atención en la CNS también complica a las familias policiales
Las dificultades no se limitan a la dotación de víveres. Las familias policiales también enfrentan problemas con el servicio de salud a través de la Caja Nacional de Salud, que según Tito, está “saturada de asociados” y ofrece una atención deficiente, con problemas en la disponibilidad de medicamentos y otros servicios esenciales.
Ante la falta de respuestas concretas, las esposas de los policías han establecido un ultimátum: si durante esta semana no reciben una respuesta satisfactoria o la entrega de los productos, iniciarán movilizaciones a nivel nacional. “Estamos en estado de emergencia”, afirmó Tito, subrayando la gravedad de la situación.
Esta crisis refleja un problema más amplio en el sistema de beneficios sociales de la policía boliviana. La reducción progresiva de las dotaciones de víveres, combinada con los problemas en el sistema de salud, está afectando significativamente la calidad de vida de las familias policiales. La situación es particularmente preocupante considerando el contexto actual de escasez de algunos productos básicos y la inflación que afecta a la economía boliviana.