Natalia López/El Andaluz
Los 17 gallos pertenecientes al «pirañas» fueron confiscados por una orden judicial y se encuentran bajo la custodia de zoonosis, esperando una decisión sobre su destino, cada uno de estos gallos está valorado entre 7,000 y 8,000 bolivianos, lo que refleja su alto valor.
La familia del propietario ha argumentado que estos gallos eran mascotas, no gallos de pelea, desmintiendo las acusaciones que motivaron su confiscación, esta declaración busca cambiar la percepción sobre el propósito de los animales.
Mientras las autoridades deciden el futuro de los gallos, la situación ha generado un debate sobre la diferencia entre mantener animales como mascotas y utilizarlos en actividades como peleas de gallos. Este caso podría sentar un precedente en la aplicación de la ley respecto al uso de animales en Bolivia.
El destino de los gallos y la defensa de la familia continuarán bajo el escrutinio público y legal, mientras se espera una resolución que defina si serán devueltos o permanecerán bajo custodia estatal.
