Natalia López/El Andaluz
El sector cañero de Bolivia enfrenta una situación crítica debido a una deuda de $10 millones por parte de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) por la provisión de etanol. Según Óscar Alberto Arnez, presidente de la Confederación Nacional de Productores Cañeros de Bolivia (Concabol), estos retrasos en los pagos ponen en riesgo la estabilidad financiera del sector.
Arnez señaló que aunque la deuda había disminuido a $25 millones la semana pasada, los atrasos se reactivaron el 17 de agosto, afectando gravemente a los productores. Comparó la situación con no recibir un sueldo durante un mes, lo que ilustra la presión económica que enfrentan los cañeros.
Beltrán Flores Zurita, presidente de la Unión de Cañeros Unagro (UCU), destacó que estos pagos son esenciales para la compra de insumos, el pago de sueldos y el mantenimiento de maquinaria. Subrayó que mientras YPFB exige pagos al contado por productos como la urea, los cañeros no reciben el mismo trato en el pago por su etanol.
La falta de respuesta de YPFB ante esta situación ha generado incertidumbre entre los productores, quienes ya han protestado en el pasado por retrasos similares. La situación actual podría afectar la producción de etanol en pleno periodo de zafra, agravando aún más la crisis en el sector.