REDACCIÓN CENTRAL/TINTA ROJA
El trágico accidente ocurrido en la noche del viernes, cuando un autobús de la empresa Narváez se dirigía de Tarija a la ciudad de Santa Cruz, dejó un saldo devastador: 14 personas fallecidas y varias más heridas. El siniestro, que tuvo lugar en el peligroso tramo del Abra del Cóndor, se produjo como resultado de una falla en los frenos y un exceso de velocidad, provocando que el vehículo impactara contra una peña y se desplazara unos 100 metros, dejando una estela de destrucción y dolor entre las víctimas y sus familias.
Uno de los familiares de las víctimas, visiblemente afectado por la tragedia, relató el drama que enfrentan tras la pérdida de su ser querido. «La empresa no quiere hacerse cargo de nada, nos dicen que el seguro cubrirá todos los gastos, pero que debemos esperar un mes para recibir el dinero. Nosotros no tenemos cómo llevar los restos de nuestro familiar a Santa Cruz, están en el suelo como si fueran animales», comentó, refiriéndose a la falta de apoyo inmediato por parte de la empresa responsable del autobús.
La indignación de los familiares se intensificó cuando, según sus declaraciones, fueron engañados por una presunta administradora que les aseguró que la empresa se haría cargo de todos los gastos, para luego retractarse y negar cualquier responsabilidad. «Nos dijeron que buscáramos cómo llevarlos, que después nos devolverían el dinero. Hasta ahora, nuestro familiar sigue tirado en el suelo, como un animal. Nos sentimos impotentes, ya no podemos llorar más», expresó uno de los familiares, quien viajó desde Santa Cruz con la esperanza de recibir apoyo.
Otro de los familiares narró cómo, tras su llegada a Santa Cruz, se entrevistaron con una trabajadora social del hospital, quien inicialmente les prometió que la empresa cubriría todos los gastos. Sin embargo, al intentar coordinar los detalles con la administradora, se encontraron con una negativa rotunda. «Nos dijeron que no se harán cargo de nada, estamos desesperados», afirmó.
El dolor y la frustración de los familiares se hicieron aún más evidentes cuando una madre, entre lágrimas, denunció que su hijo fallecido estaba siendo tratado con una falta de respeto inaceptable. «Es mi hijo el que está tirado como un perro, con una simple colcha encima. La administradora nos dice que nos prestemos el dinero para llevarlo, y que nos lo devolverán en quince días. ¿Cómo pueden tratar así a las personas?», se lamentó.
La falta de recursos y el rechazo de la empresa a asumir responsabilidades han dejado a estas familias en una situación desesperada. Lo único que desean es llevar a sus seres queridos a Santa Cruz para darles una cristiana sepultura, pero se encuentran con obstáculos insalvables en cada paso del proceso. «Nos dijeron que solo cubrirían 500 bolivianos, pero eso no es suficiente. Además, el hospital quiere cobrarnos por gastos que supuestamente hicieron», agregó uno de los afectados.
La situación se agrava con cada día que pasa. Los familiares denuncian que la empresa Narvaeza cerraron su boleteria en Santa Cruz, lo que complicó aún más la comunicación y la gestión de los trámites necesarios para el traslado de los cuerpos. Además, se conoció que un antiguo chofer de la empresa renunció antes del accidente, alegando que el autobús no estaba en condiciones de operar, lo que subraya la responsabilidad de la empresa en esta tragedia.
Una mujer, amiga y comadre de una de las víctimas, también resultó herida en el accidente y expresó su indignación por la falta de previsión y seguridad por parte de la empresa. «Solo pensaron en llenar sus bolsillos, no en la seguridad de los pasajeros. Los policías nunca revisaron nada, y sabían que este accidente podía ocurrir. Salieron sin inspección técnica, y ahora los heridos tendrán secuelas de por vida», reclamó.
Sin embargo, según la presunta administradora de la empresa Narváez, se habrían gestionado los trámites necesarios para el traslado de los cuerpos, asegurando que la funeraria ya estaba coordinada para encargarse de todo. En sus declaraciones, afirmó que la empresa se haría cargo de los gastos funerarios y negó las acusaciones de falta de apoyo. Sin embargo, esta versión contrasta con las denuncias de los familiares, quienes sostienen que la empresa ha eludido su responsabilidad, dejándolos en una situación de incertidumbre y desamparo.
Las investigaciones policiales continúan para determinar las responsabilidades en este fatal accidente. Aunque el conductor del autobús falleció en el siniestro, las pesquisas se centran ahora en los propietarios del vehículo y en la empresa, que, según los testimonios de los familiares, era consciente de las malas condiciones en las que se encontraba el autobús.
Además, los familiares revelaron que, en una ocasión anterior, la misma empresa estuvo involucrada en otro accidente mortal, lo que plantea serias dudas sobre los estándares de seguridad que maneja. «Nunca hicieron la inspección técnica. La empresa Narváez es responsable de esta tragedia», afirmó uno de los denunciantes.
La situación económica de los familiares es precaria. Muchos tuvieron que, gastar de sus propios bolsillos para los trámites y servicios funerarios, mientras la empresa se niega a cubrir los costos. «Nos dijeron que iban a dar un cajón de 1.500 bolivianos, pero que nosotros teníamos que poner 1.000 y la empresa solo 500. Es una burla», denunció una de las familias afectadas.
Finalmente, el accidente que dejo un rastro de dolor y sufrimiento a una madre, quien llora la muerte de su hijo, un joven de 27 años, señala que otros quedaron desamparos, pues de este quedaron huérfanos y muchas viudas.
«No sabíamos que iba a viajar en ese autobús, y ahora está muerto. Todo porque la empresa no se preocupó por la seguridad de los pasajeros», relató una amiga cercana de la familia.