Agencias/EL ANDALUZ
En un trágico suceso que ha conmocionado a la comunidad de Tarija, una joven madre de 27 años fue víctima de un feminicidio perpetrado por su expareja, elevando así a 38 el número de casos de feminicidio registrados en Bolivia en lo que va del año. Este acto de violencia extrema deja a dos niños en la orfandad y pone de manifiesto la urgente necesidad de abordar y prevenir la violencia de género en el país.
El crimen ocurrió durante la madrugada del pasado 28 de mayo en el municipio de Uriondo, en el departamento de Tarija. Según la información proporcionada por la fiscal departamental Sandra Gutiérrez, la víctima asistió a un agasajo por el Día de la Madre en una escuela de la comunidad El Tunal la noche anterior al fatídico suceso. Durante el evento, su excompañero, identificado como René Luis G.S. de 32 años, la acechaba y vigilaba de cerca.
Alrededor de las 2:00 a.m., la joven regresó a su hogar en compañía de algunas amistades. En ese momento, su agresor se presentó en la puerta con el pretexto de entregarle un regalo. Sin embargo, ella se negó a abrirle. Aprovechando un descuido, el agresor ingresó a la vivienda por otro acceso y comenzó a agredirla brutalmente.
La víctima, en medio de su desesperación, gritaba pidiendo auxilio, mientras su hija mayor intentaba salir de su habitación para ayudarla. Lamentablemente, la puerta estaba bloqueada, impidiendo que la niña pudiera intervenir. El agresor arrastró a la mujer fuera de la vivienda, a una distancia de aproximadamente 30 metros, donde la golpeó repetidamente en la cabeza con una piedra. Según los resultados de la autopsia, el trauma craneoencefálico causado por los golpes fue la causa directa de su fallecimiento.
Tras escuchar los desgarradores gritos de la hija de la víctima, los vecinos acudieron rápidamente al lugar, momento en el que el agresor logró huir. Sin embargo, posteriormente intentó quitarse la vida ingiriendo productos químicos en su residencia, siendo descubierto por sus familiares. Actualmente, se encuentra hospitalizado bajo custodia policial, a la espera de su recuperación para poder ser interrogado.
Es importante resaltar que el agresor ya tenía antecedentes de violencia familiar, lo cual plantea interrogantes sobre las medidas de protección y seguimiento que se tomaron previamente en su contra. Este nuevo caso de feminicidio ha generado una profunda consternación en la sociedad tarijeña y en todo el país, ya que pone de manifiesto la persistencia de la violencia de género y la necesidad de reforzar los mecanismos de prevención y protección para las mujeres.
En este sentido, las autoridades competentes deben llevar a cabo una exhaustiva investigación para esclarecer los hechos y aplicar la justicia correspondiente. Asimismo, es fundamental fortalecer las políticas y programas de prevención de la violencia de género, brindando mayor apoyo y recursos a las instituciones encargadas de la protección de las mujeres, así como promoviendo la conciencia y educación en la sociedad para erradicar esta grave problemática.