Este viernes 23 de julio tendrá lugar la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio. Esta edición, que debería haberse llevado a cabo en 2020 pero fue pospuesta por la pandemia de COVID-19, continúa dando que hablar ya que una gran parte de la población mundial no está de acuerdo con su celebración. Aun así, las Olimpíadas se realizarán y están destinadas a modificar el medallero olímpico de aquellos países latinoamericanos cuyos deportistas logren alcanzar el podio.

De acuerdo con los datos del Comité Olímpico Internacional (COI) recopilados por Wikipedia, Cuba domina el ranking de países con más medallas olímpicas de América Latina. Desde 1896 hasta 2018, los atletas cubanos subieron al mayor podio deportivo del mundo unas 226 veces, de las cuales 78 fueron por la obtención del más alto logro, la medalla dorada. Un honor más que meritorio, si comparamos la cantidad de población de la isla caribeña, unos 11 millones de habitantes, con un gigante como Brasil, de más de 212 millones según las estimaciones de 2020 del Banco Mundial. Justamente, el país carioca se ubica en el segundo lugar del historial latinoamericano, con 129 medallas, 30 de ellas de oro. Argentina se sitúa tercera, con 74 (21 doradas), seguida por México con 69 (13 doradas).
Bolivia en Tokio
Bolivia es el único país de Sudamérica que no ha ganado una medalla en los Juegos Olímpicos, algo que esperamos cambiar en Tokio.
El país acumula una larga historia en los Juegos Olímpicos. Bolivia participa de forma oficial en la justa de verano desde Berlín 1936, aunque en la mayoría de las ocasiones con un número bajo de atletas.
Los comienzos del Movimiento Olímpico boliviano hay que buscarlos en los Juegos de Ámsterdam en 1928, donde Bolivia envió a un observador para tomar contacto con el Olimpismo por primera vez. De esta manera, comenzó la necesidad de crear el Comité Olímpico Boliviano (COB), un organismo que se fundó el 17 de junio de 1932.
Con el nacimiento del COB, Bolivia fue reconocida internacionalmente y admitida por el Comité Olímpico Internacional en 1936. En Berlín, la delegación boliviana hizo su debut y estuvo integrada por un solo competidor, el nadador Alberto Conrad. Él fue el abanderado en la Ceremonia de Apertura.
Después de esta participación, Bolivia no regresaría a la competición Olímpica hasta los Juegos Olímpicos de Invierno de 1956. Su próxima aparición en los Juegos Olímpicos de Verano llegaría 28 años después, en los Juegos Olímpicos de Tokio 1964. De nuevo, sería con tan solo un atleta, Fernando Inchauste, que participó en cantonaje.
Posteriormente, Bolivia ha tomado parte en todos los Juegos, aunque casi todas las participaciones se han realizado gracias a invitación (wildcard), con la excepción de los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde la mayoría de los atletas de la delegación de Bolivia consiquió las mínimas para asegurar su plaza en los Juegos.