Hospital Zelaya produce 40 tubos de oxígeno al día y la mitad va al Fray Quebracho

El Andaluz / Yacuiba

El generador de oxígeno del hospital municipal Rubén Zelaya produce un equivalente a 40 tubos, de los cuales 20 se van al Fray Quebracho, designado hospital COVID-19, y aún así es insuficiente debido a que con esa cantidad se atiende solo a cinco o seis pacientes en estado crítico o con problemas de respiración.

“Hay el compromiso de entregar 20 tubos diarios de oxígeno al Fray Quebracho y el hospital (Rubén Zelaya) produce 40 tubos, es decir que 20 se quedan y no abastece para los pacientes”, informó ayer el director del hospital Rubén Zelaya, Óscar Aliaga.

El nosocomio municipal posee un generador de oxígeno de dimensiones pequeñas, según las especificaciones de Aliaga, con la capacidad de producir 1.800 kilos de oxígeno medicinal, equivalente a 40 tubos por día. Sin embargo, la tercera ola de contagios de COVID-19 que enfrenta Yacuiba desnudó falencias en la dotación.  

“Lamentablemente en pandemia la demanda es grande. La capacidad que tiene el equipo no es suficiente para cubrir la demanda del Rubén Zelaya, ni del Fray Quebracho, ni de las clínicas privadas, ni de las aseguradoras (cajas de salud), menos de los pacientes de Caraparí y Villa Montes lastimosamente”, señaló el director.

Citó como ejemplo que un solo paciente intubado por COVID-19 y en estado bastante crítico consume entre seis y ocho tubos por hora. Habitualmente, los nosocomios tienen de cinco a seis pacientes en terapia intensiva y con necesidad de oxígeno, y los 40 tubos sirven para atender solo a este grupo.

El hospital de Villa Montes denunció esta semana que la administración del Rubén Zelaya se rehúsa a venderles oxígeno y que sus pacientes con COVID-19 mueren por falta de este insumo, incluso aseguró que sí se vende a particulares, por lo que pidió al nosocomio municipal de Yacuiba ceder oxígeno.

Cuidados

Aliaga informó que los proveedores del generador de oxígeno recomendaron que el equipo funcione entre 20 y 22 horas por día, para que así tenga un mínimo de dos horas de descanso, con el fin de no saturarlo y no lamentar desperfectos.

“Se está cumpliendo con esta recomendación porque si esforzamos la máquina puede presentar problemas y sabemos que su reparación puede demorar entre 10 y 15 días, lo que empeoraría nuestra demanda. Ojalá no haya una situación que ponga en riesgo el funcionamiento de la planta”, advirtió el director del hospital municipal.

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