
Factores como la falta de ingresos económicos para el comercio y el turismo ejerce presión sobre las autoridades, que aún analizan la posible diseminación de nuevas cepas de coronavirus
Gabriel Morales/El Andaluz
El drama socioeconómico que ha desembocado la pandemia del coronavirus en el departamento de Tarija, tuvo como uno de sus principales componentes la restricción del paso de personas y mercancía a través de los puntos fronterizos que entrelazan a Bolivia con la república Argentina, en el entendido de que la informalidad y la actividad comercial que no tributa al sistema de impuestos municipales bordea el 80%, según detalla el analista económico, Fernando Romero Torrejón.
Si bien a lo largo del encierro, instaurado por el Gobierno Nacional como el Departamental durante los primeros meses de la pandemia, ha dejado espacios medianamente lógicos para que los comerciantes desarrollen sus actividades y ofrezcan sus productos y servicios diariamente, este elemento no ha surtido el mismo efecto en los municipios que colindan con las repúblicas de Argentina y Paraguay, a raíz de la dependencia que prevalece en el intercambio de mercancía.
El anuncio del inicio de la campaña de inmunización masiva en los nueve departamentos del país, abrió una esperanza para la apertura total de las fronteras y el retorno a la “normalidad” en actividades comerciales que involucran la aglomeración de personas, sin embargo, el retraso de un lote de 1.7 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, modificó los planes de diversos sectores involucrados, en este caso, autoridades electas de los municipios de Bermejo y Yacuiba, además de los directivos cívicos de las provincias acudieron a la ciudad de Tarija para participar de un encuentro multilateral a realizarse en la Casa Cívica.
El orden del día puso sobre la mesa el análisis de los elementos que confluyen al momento de hablar de reapertura total de fronteras, entre ellos, la emergencia sanitaria, el flujo de mercadería en urbes fronterizas y el ingreso económico que representa la oferta turística para los productos y servicios en cada municipio.
El presidente del Comité Cívico de Yacuiba, Raúl Hilarión, manifestó que el Sindicato de Bagayeros de la ciudad chaqueña se encuentra “en emergencia” debido a la inactividad en la que se han sumergido luego de la restricción en la localidad de Pocitos Bolivianos, hecho que obligó a los comerciantes a encontrar rutas alternas para internar el famoso contrabando en nuestro territorio, afectando de sobremanera el movimiento económico en nuestra región.
“Nosotros sabemos las consecuencias que puede traer la apertura de fronteras, pero si la gente no va a morir de coronavirus, va a morir de hambre porque no hay trabajo ni maneras de generar ingresos, Yacuiba depende casi 100% de la actividad en la frontera, esto no se puede negar, pero necesitamos que el Gobierno nos dé soluciones o alternativas”, detalló el directivo.
Por otro lado, el alcalde electo por el municipio de Bermejo, Irineo Flores, consideró que la restricción fronteriza podrá levantarse una vez que el nivel central del Estado active mecanismos para garantizar la inmunización de grupos de riesgo, permitiendo que rubros como el turístico y comercial reactiven sus economías.
Sin embargo, la declaración del burgomaestre se contrapone al fallido inicio de la campaña nacional de inmunización que ha puesto en vilo a las instituciones, que estaban preparadas para colaborar con la logística a fin de desplegar la vacunación en tiempo récord.
El Comité Pro Intereses del departamento de Tarija aún no ha unificado posturas sobre cuál será el pedido para con el Gobierno Nacional, a tiempo de abordar la reapertura de fronteras, por el momento, el leit motiv de la reactivación económica se ha convertido más en una bandera política y no en un ejercicio de la gestión pública.
El vicepresidente del Comité Cívico de Tarija, Alex Orellana Morón, enfatizó que la solicitud pasa por buscar alternativas económicas y de salud, tomando en cuenta que ambos elementos son paralelos para el retorno a la normalidad, sin embargo, la descompensación de uno de estos generará un efecto colateral en el otro.
“Es el Gobierno el que tiene que darnos soluciones, nosotros tenemos muy en cuenta que cualquier rato ingresan nuevas cepas al país y nuestro sistema de salud no está como para aguantar una nueva ola, ni siquiera se ha podido controlar los casos que tenemos internamente y mucho menos se podrá si es que siguen ingresando extranjeros al país”, acotó.