Natalia López/El Andaluz
Diputados titulares y suplentes de Bolivia han recibido nuevos teléfonos celulares con tecnología 5G, una medida confirmada por la Oficialía Mayor, que instruyó la recogida de estos dispositivos. Cada teléfono tiene un costo estimado entre 3.500 y 4.000 bolivianos, lo que suma un total de 1,2 millones de bolivianos para los 120 dispositivos adquiridos del modelo A55 5G.
La entrega de estos teléfonos ha generado críticas entre algunos parlamentarios, especialmente de la oposición. Diputados como Beto Astorga de Comunidad Ciudadana, consideran esta adquisición un gasto innecesario, señalando que ya tienen teléfonos propios comprados con sus salarios. Astorga calificó la medida como una estrategia del presidente de la Cámara de Diputados, Israel Huaytari, para asegurar su reelección.
Por su parte, el diputado oficialista Juan José Jauregui del MAS defendió la medida, explicando que se trata de un acuerdo corporativo con la operadora estatal de telefonía móvil, que proporciona estos dispositivos a través de un plan de línea corporativa. Jauregui argumentó que esta práctica no es nueva y forma parte de un convenio existente para asegurar la cobertura móvil de los parlamentarios.
Otros diputados de la oposición, como José Manuel Ormachea, consideran que la decisión es inapropiada, especialmente en el contexto de la crisis económica del país. Ormachea criticó el gasto y se comprometió a no recoger el dispositivo, llamando a otros parlamentarios a hacer lo mismo como un gesto simbólico de solidaridad con la población, que enfrenta dificultades económicas.
Jaime Guiteras, también de Comunidad Ciudadana sugirió que la entrega de los teléfonos es una «cortina de humo» para distraer a la población de temas más importantes, como la situación política y económica del país. Guiteras enfatizó que, aunque el costo de los teléfonos es cubierto por un contrato de servicios con la operadora estatal, al final, los contribuyentes bolivianos son los que asumen el gasto.
