Gabriel Morales/El Andaluz
Los momentos de alegría y diversión, como los episodios de depresión, suelen ir de la mano con el consumo de bebidas alcohólicas, siendo este un factor que suele desencadenar en peleas, problemas, accidentes e incluso la muerte, si no se controla.
En diferentes ocasiones se conocen casos de personas que son presa del consumo excesivo de bebidas alcohólicas, por los que algunos suelen buscar ayuda con especialistas, mientras que otros, simplemente, ignoran el problema.
Los problemas familiares, la baja autoestima, la desatención, la falta de entendimiento, de afecto, entre otros, suelen ser parte de los motivos para refugiarse en el alcohol, según especialistas.
Este es el caso de Pablo V. E., quien por más de 10 años dejó de consumir alcohol luego de haber caído en el vicio y enfrentar problemas familiares.
“Salía con amigos, tomaba hasta el extremo de no recordar cómo llegué a mi casa, cada vez se hacía más frecuente y ya no era un solo día de fiesta, sino que también era de curar el chaqui, hasta que nuevamente despertaba en mi cama sin saber lo que había sucedido”, cuenta Pablo.
Estas acciones eran momentos de burla y risas para los amigos, en cambio, en su casa, su madre no soportaba ver que su hijo, que había descuidado la universidad, no llegaba su casa en todo el día.
“Para mi madre era un calvario saber dónde estaba y si estaba a salvo”, recordó.
Hasta que un día de esos no llegó a casa, sino a un hospital, “luego de una golpiza callejera, solo recordaba que había consumido bebidas alcohólicas con los amigos y ahora debía recuperarme en un cuarto de hospital”, contó.
Una y otra vez, fueron diferentes historias que sus padres podrían contar, llegar borracho a pelear con los padres porque no lo entendían, volver después de tres días a su casa, peleas con los amigos, “hasta que explotó la bomba”, cuenta el entrevistado, que prefirió mantenerse en el anonimato.
Los padres de Pablo lo botaron de su casa, tantas veces se había recuperado de las golpizas que había recibido “porque no te mueres de una vez”, fueron las palabras de su padre ante la impotencia de ver a su hijo sobrepasado por el vicio.
“Me sentí solo, reflexioné sobre mi vida y lo que más pena me dio fue ver a mi madre llorar pidiéndome que cambie… pasaron los días, ya no tenía plata, extrañaba mi cama, mi casa, mi familia y decidí buscar ayuda”. Alcohólicos Anónimos fue la opción, recordó.
Luego de los años que lleva dentro de Alcohólicos Anónimos pudo aprender que un adicto no es precisamente un “parroquiano”, son varias las situaciones que pueden calificar a una persona que tiene problemas con el alcohol:
Incapacidad de mantenerse sin consumir alcohol, promesas incumplidas de controlarse o abstenerse, descuido en la higiene personal y la alimentación, trastornos del sueño, ausencia, errores y retrasos recurrentes en el trabajo, angustia o presión en el pecho por las mañanas.
Mentir sobre la cantidad ingerida o esconder botellas, pérdida de tiempo o dinero en planear el consumo, consumiendo o por la resaca, beber solo o juntarse con personas con las cuales el único vínculo es la bebida, entre otras.
Además, los resultados más comunes por el consumo de bebidas alcohólicas, pueden ser la pérdida de autocontrol y autorregulación, sentimientos de culpabilidad el día siguiente, lagunas mentales, ponerse a la defensiva al hablar sobre el problema, incapacidad para divertirse sin la presencia del alcohol o episodios de cambio de personalidad bajo los efectos del alcohol.
¿Cuáles son las consecuencias? Van desde la salud, el trabajo, la familia y problemas personales.
Los problemas de salud en los que puede desembocar una persona alcohólica son: envejecimiento prematuro, alteraciones inmunológicas, gastritis crónica, úlceras de estómago, alteración de la función del hígado y finalmente cirrosis, depresión, ansiedad, hasta el suicidio, entre otras.
“Una persona que tiene problemas con el alcohol debe darse cuenta y buscar ayuda, no es malo, el ser parte de los grupos de apoyo como alcohólicos anónimos es tener una nueva familia”, recalca Pablo.
Tarija es uno de los departamentos que ocupa los primeros lugares en consumo de bebidas alcohólicos, el resultado más común se da en los casos de violencia intrafamiliar.